Este artículo destaca y profundiza en los puntos clave y las recomendaciones presentadas en la declaración de Giovanni B. Reyes durante el diálogo ministerial y la sesión de promesas de contribuciones al Fondo para el Marco Mundial de Biodiversidad, realizada el 28 de octubre de 2024, en el marco de la XVI Conferencia de las Partes (COP16) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en Cali, Colombia
First published on 01/25/2025, and last updated on 02/27/2025
Por Giovanni B. Reyes
Para abordar de manera equitativa y eficaz las crisis ambientales y climáticas interrelacionadas, es fundamental reconocer, respetar y respaldar los derechos y el liderazgo de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales.[1] El Marco Mundial de Biodiversidad (GBF, por sus siglas en inglés) reconoce explícitamente la contribución de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales «como custodios de la biodiversidad y socios…en la conservación», y se compromete a defender sus derechos.[2] Sin embargo, existen obstáculos profundamente arraigados que dificultan la materialización de estos compromisos.
Entre estos obstáculos se encuentran la distribución desigual y las modalidades injustas de financiamiento para la conservación. Es urgente establecer un financiamiento directo y equitativo que respalde la toma de decisiones y las acciones de conservación autodeterminadas de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. El Fondo Marco Mundial para la Diversidad Biológica (GBFF, por sus siglas en inglés) representa tanto una oportunidad como una responsabilidad para impulsar los cambios transformadores necesarios para lograrlo.
Este artículo subraya la importancia de un financiamiento directo y justo dentro del GBFF y recomienda su implementación. Su objetivo es amplificar los llamados de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales a favor de un cambio transformador en el financiamiento, que incluya las relaciones de poder y acceso asociadas al mismo, además de contribuir a garantizar la rendición de cuentas por parte de los donantes y otros garantes de derechos.
Necesidad urgente de transformar el financiamiento de la conservación
La situación histórica y actual de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales evidencia el papel inigualable que desempeñan en la protección de la diversidad biológica. Sus contribuciones superan con creces la proporción de fondos mundiales que reciben para la conservación; sin embargo, estas a menudo pasan desapercibidas. Como protagonistas en la gestión, pedimos un mayor apoyo que permita ofrecer respuestas eficaces, equitativas e inclusivas frente a la rápida degradación de la biodiversidad y la intensificación de la pérdida y los daños climáticos. Es urgente generar un cambio transformador para evitar perder más terreno o lograr únicamente avances mínimos hacia las metas mundiales de conservación para 2030.[3] Los enfoques de «seguir como hasta ahora» no están funcionando.
Este cambio debe incluir la transformación de los fondos y el financiamiento de la conservación, lo que implica garantizar que:
- los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, incluidas sus organizaciones y redes, tengan acceso directo al financiamiento;
- los «intermediarios» sean instituciones que los propios Pueblos Indígenas y comunidades locales identifiquen como poseedoras de una trayectoria de relaciones de trabajo aceptables con ellos y a las que designen como patrocinadores fiscales, de acuerdo con su derecho a la autodeterminación; y
- las modalidades de financiamiento y su uso por parte de los actores de la conservación respeten los derechos humanos.[4]
El acceso directo al financiamiento y la canalización de fondos a través de intermediarios reconocidos por los Pueblos Indígenas y las comunidades locales tienen como objetivo garantizar que las modalidades estén alineadas con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) y otros instrumentos de derechos humanos. Además, buscan mejorar la gobernanza, la titularidad, el empoderamiento, la eficacia en función de los costos y los resultados.
Estos enfoques permitirían avanzar en el compromiso asumido en 2021 por los principales donantes de «promover la inclusión efectiva de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones, así como consultarles al diseñar e implementar los instrumentos de financiamiento». Asimismo, contribuirían a superar la gran brecha existente entre los altos niveles de diversidad biológica en las tierras gestionadas por Pueblos Indígenas y los escasos avances de las Partes del CDB en el cumplimiento de las metas de biodiversidad.[5]
El GBFF como oportunidad y responsabilidad para promover transformaciones en materia de financiamiento
En la COP16, los delegados de los Estados Parte y los actores no estatales compartieron ideas y análisis relacionados con los fondos para la biodiversidad. Además, escucharon las reflexiones de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, cuyo papel es esencial para alcanzar las metas del Marco Mundial de Biodiversidad.
El GBFF incrementará el financiamiento para implementar el Marco Mundial de Biodiversidad. El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y todos los actores involucrados tienen la oportunidad y la responsabilidad de asegurar que el diseño y la implementación del GBFF impulsen las transformaciones necesarias para reconocer y apoyar los derechos y las contribuciones de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales.
En la sesión de promesas de contribuciones para el GBFF, se recordó a las Partes la declaración de Carlos Manuel Rodríguez, director ejecutivo del FMAM: «Alinear el GBFF con el papel de los Pueblos Indígenas es una decisión inteligente».[6]
Desde nuestro punto de vista, la declaración del CEO resalta tres aspectos clave, cada uno de los cuales debe guiar al GBFF.
- Primero
«Vivir en armonía con la naturaleza» es una meta que la comunidad mundial aspira a alcanzar para 2050, pero ha sido durante mucho tiempo el estilo de vida de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. Los valores espirituales y culturales que atribuimos a la tierra y a los recursos han permitido proteger más del 25 % de la tierra y el 37 % de las áreas naturales que aún quedan en el planeta, incluido el 60 % de todos los mamíferos terrestres que tienen más del 10 % de sus hábitats dentro de tierras Indígenas. Pero ¿por cuánto tiempo? ¿Cómo podemos mantener esta situación sin el apoyo adecuado?
- Segundo
Las conclusiones de múltiples grupos científicos y políticos confirman que los Pueblos Indígenas y las comunidades locales contribuyen enormemente a la conservación de la biodiversidad y, sin embargo, son quienes reciben menos apoyo económico.[7] La arquitectura financiera actual contrasta claramente con el papel que desempeñan en la conservación de la diversidad biológica. Gran parte del financiamiento actual destinado a la biodiversidad y al clima no llega a los Pueblos Indígenas ni a las comunidades locales. Esto debe cambiar. El financiamiento del GBFF requiere que los donantes reconozcan la necesidad de este cambio y la importancia de «consultar y cooperar»[8] con los Pueblos Indígenas y las comunidades locales para alinear el GBFF con sus derechos y roles.
- Tercero
Las organizaciones de Pueblos Indígenas con experiencia en la ejecución de proyectos a pequeña, mediana y gran escala pueden contribuir a mejorar el panorama actual del financiamiento y enfrentar las barreras sistémicas. Entre estas barreras se encuentran los requisitos complejos, burocráticos e inflexibles impuestos por los donantes y sus intermediarios internacionales, que resultan ajenos a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. Esto se percibe como un obstáculo para acceder a los fondos. Los modelos y mecanismos alternativos pueden facilitar la canalización de más fondos hacia los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en condiciones justas y adaptadas a sus objetivos.
Dado el alto potencial del GBFF para generar un impacto transformador en el financiamiento destinado a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, este puede establecer una alianza fundamental que transforme la relación donante-beneficiario en una que reconozca a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales como socios, y no solo como beneficiarios.
A pesar de su ambición, estas transformaciones no son nuevas y pueden inspirarse en experiencias y lecciones previas. Este modelo de alianza fundamental ya se ha probado en el marco de un proyecto TICCA en Filipinas financiado por el FMAM.[9] En este modelo, el vínculo entre el donante, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales se construyó sobre la confianza y la creencia en la capacidad de los Pueblos Indígenas para tomar decisiones, con el apoyo técnico y facilitador de los socios ejecutores.
¿El resultado? Un proyecto a gran escala con un presupuesto de mediana envergadura que superó los objetivos establecidos e impulsó al país a la vanguardia de la conservación inclusiva en Asia. Posteriormente, fue declarado «Buena Práctica Mundial» en la VII Asamblea General del FMAM.
Del mismo modo, se pueden encontrar grandes ejemplos de financiamiento directo en la iniciativa financiada por Synchronicity Earth[10], que aborda la naturaleza, el clima y la energía en las zonas clave de biodiversidad, así como en el mecanismo del Fondo de Solidaridad de los Pueblos Indígenas de Asia.[11]
Recomendaciones
A partir de las consideraciones anteriores, las recomendaciones para el diseño y la implementación del GBFF incluyen:
1. Establecer una fuente de financiamiento específica para los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, con fondos menos estrictos y más flexibles, principalmente en los casos de catástrofes y cambios de contexto.
En la actualidad, los territorios Indígenas y tradicionales son zonas clave de diversidad biológica y sumideros de carbono cruciales. Filipinas es un buen ejemplo: con siete millones de hectáreas de territorio Indígena-tradicional de una superficie total de treinta millones de hectáreas, alberga más biodiversidad que cualquier otro país del mundo por hectárea.[12] Esto mismo es válido para Madagascar. Ambos países son zonas clave de diversidad biológica del mundo, lo que demuestra la eficacia de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales como protectores de ecosistemas fundamentales para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, ambos están crónicamente infrafinanciados, lo que refleja que todavía llegan a la base pequeñas porciones de fondos y recursos limitados, lo que pone en peligro a los Pueblos Indígenas y a las comunidades locales e imposibilita la defensa de los territorios y la consecución de las metas globales.
2. Reforzar el diálogo entre los Pueblos Indígenas, las comunidades locales y los donantes, explorando cómo una oportunidad específica puede contribuir a frenar la rápida pérdida de biodiversidad.
3. Garantizar que el 20 % del fondo del GBFF destinado a los Pueblos Indígenas y las comunidades locales se asigne a iniciativas identificadas por ellos y se desembolse directamente a través de sus instituciones representativas, siguiendo modelos probados de «buenas prácticas».
4. Explorar roles adicionales y fundamentales en el GBFF a través de la acreditación de redes, organizaciones y órganos gestionados por los Pueblos Indígenas y las comunidades locales para alcanzar las metas globales mediante un cambio rápido de una «economía basada en la extracción» a una «economía regenerativa», que utilice un enfoque basado en los derechos en consonancia con la política del Marco Mundial de Biodiversidad sobre la priorización de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales.
5. Incluir a los Pueblos Indígenas y a las comunidades locales en la gobernanza del GBFF, al igual que en los órganos o mecanismos de financiamiento creados en su nombre y en la implementación de proyectos de conservación bajo su liderazgo y con su consentimiento libre, previo e informado.[13]
Conclusiones
El GBFF tiene la oportunidad de forjar una alianza fundamental entre la fuerza del multilateralismo y el liderazgo de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. Sin embargo, dicha alianza debe estar firmemente arraigada en el reconocimiento y el respeto de nuestros derechos, incluidos nuestros sistemas de conocimientos tradicionales, conformados a lo largo de milenios por las prácticas y el recorrido de muchas generaciones, y debe, a su vez, traducirse en impactos transformadores auténticos y concretos a gran escala. Con un compromiso de transformación fundamental, existe el potencial de beneficiar tanto a las personas como al planeta y promover un futuro justo y habitable.
Esperamos que el GBFF sea conocido y recordado por haber dado forma al acceso directo al financiamiento con la sabiduría de un sabio Indígena, los esfuerzos de un emprendedor, el fervor de un trabajador y la conciencia de un científico.
Sobre el autor
Giovanni B. Reyes es un Kankanaey-Igorot de Sagada, en la Región Administrativa de La Cordillera de Filipinas. Es presidente del Consorcio TICCA Bukluran-Filipinas y presidente del Grupo Asesor sobre Pueblos Indígenas (IPAG, por sus siglas en inglés) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
[1] The role of Indigenous peoples and local communities in effective and equitable conservation (Dawson et al., 2021); Perspectivas Locales sobre la Diversidad Biológica (FPP et al., 2016; 2020); Territorios de vida: Informe 2021 (Consorcio TICCA, 2021); ¿Es la conservación basada en derechos una vía adecuada para preservar la diversidad biológica y cultural del planeta? (RRI, 2020); From Commitments to Action: Advancing Community Rights-based Approaches to Achieve Climate and Conservation Goals (RRI, 2023); El estado de las tierras y territorios de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales (WWF et al., 2021)
[2] El GBF fue aprobado por la XV Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en diciembre de 2022. Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (CDB, 2022, para. 7(a); Respecting the rights and leadership of Indigenous Peoples and local communities in realizing global goals (Tugendhat et al., 2023)
[3] El compromiso de conservación más importante jamás visto en el mundo es la meta 30×30 del Marco Mundial de Biodiversidad, que establece la protección y gestión efectivas del 30 % de las zonas terrestres, marinas, costeras y de aguas continentales del planeta para el año 2030.
[4] Principios fundamentales sobre derechos humanos para organizaciones de conservación y financiadores privados (UNEP et al., 2024. Disponible en inglés aquí)
[5] Los objetivos de las Metas de Aichi para abordar las causas subyacentes de la pérdida de biodiversidad de 2011 a 2020 fueron considerados un fracaso por las Naciones Unidas y la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
[6] Declaración del CEO del FMAM en una reunión con el Grupo Asesor sobre Pueblos Indígenas (IPAG, por sus siglas en inglés) del FMAM durante la VII Asamblea General del FMAM en Vancouver, 2023.
[7] Consulte los informes del Centro para la Investigación Forestal Internacional, el Informe Independiente del Banco Mundial y la Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 5, publicada por el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas. Asignación del 0,13 % para la ayuda al desarrollo climático que menciona a una Organización de Pueblos Indígenas, 2023.
[8] El uso de términos combinados como «consultar y cooperar» en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) refleja el derecho de los Pueblos Indígenas a influir en el resultado de los procesos de toma de decisiones que les afectan, y no solo el derecho a participar en dichos procesos o a que sus opiniones sean escuchadas. Sugiere que los Pueblos Indígenas plantean una propuesta o un modelo diferente como alternativa a los propuestos por los gobiernos u otros actores. (Relator Especial de las Naciones Unidas A/HRC/18/42 y estudio del Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas sobre consentimiento libre, previo e informado A/HRC/39/62).
[9] Proyecto del Consorcio TICCA Filipinas. Quinta reposición del FMAM, 2019.
[10] Proyecto sobre puntos clave de diversidad biológica en Filipinas: Mapeo de Kabugao, actualmente reconocido como patrimonio, en la provincia de Apayao, Cordillera, Luzón del Norte, Filipinas, y formulación de un plan de desarrollo sostenible y protección de dominios ancestrales para las cataratas de Tinuy-an, en el sureste de Mindanao (el Niágara de Filipinas).
[11] Establecido en abril de 2023 en respuesta al compromiso multilateral de 1 700 millones para el cambio climático, Glasgow, Escocia. 2021. Actualmente concede subvenciones de 5 000 a 50 000 dólares estadounidenses a comunidades de Pueblos Indígenas de trece países procedentes de su Fondo de Solidaridad inicial de 1,6 millones de dólares estadounidenses.
[12] Galindo, Jose y David, Felicimo, Jr. «Terminal Evaluation of the Project: Strengthening National Systems to Improve Governance and Management of Indigenous Peoples and Local Community-Conserved Territories and Areas or Philippine ICCA Project.» UNDP, 2019.
[13] El consentimiento libre, previo e informado (CLPI) y otros instrumentos de derechos humanos no pretenden otorgar derechos especiales a los Pueblos Indígenas, sino garantizar el goce equitativo de los derechos y reparar agravios históricos. Como marco restaurativo, el CLPI y la DNUDPI buscan revalorizar las culturas degradadas, los modos de vida, los medios de subsistencia y las instituciones tradicionales de los Pueblos Indígenas.